Las psicofonías son sonidos de origen electrónico que quedan registrados en grabadoras de audio y son interpretados como voces de los muertos por los investigadores de lo paranormal.
La historia de las psicofonías se remonta a 1959, cuando Friedich Jurgenson, un productor de cine y cantante de opera había acudido a un pequeño bosque situado cerca de su residencia, con
el propósito de grabar algunos cantos de pájaros que pretendía incluir en la
banda sonora de uno de sus documentales. Llevaba consigo un magnetófono que
acababa de adquirir y al rebobinar la cinta y escuchar lo registrado, oyó
unos efectos extraños que parecían influir en la calidad de la cinta obtenida.Creyendo que podía deberse a una interferencia captada por la sensibilidad
microfónica de su nuevo aparato, Jürgenson volvió a escuchar detenidamente lo
grabado y pudo oír de nuevo aquellos sorprendentes efectos, mezclados en la
cinta con el canto de los pájaros que revoloteaban por el lugar: murmullos,
palabras entrecortadas, cuchicheos y susurros.
Tras repetir muchas veces las experiencias,
aquellos mensajes fueron convirtiéndose cada vez en formas más concretas y
comprensibles. Las "intromisiones" se fueron sucediendo constantemente,
transmitiéndose indicaciones, informaciones, saludos y mensajes de variada
significación, en diferentes idiomas y en diversas voces. Entre dichas voces,
Jürgenson creyó reconocer la de su madre, ya fallecida, que repetía su nombre
incesantemente.
Esta investigación le llevó a sufrir una crisis
nerviosa, pero que, una vez superada, le impulsó a reanudar sus experiencias y
mandarlas a la Sociedad Parapsicológica de Estocolmo y también al Instituto de
Friburgo. Los rectores de ambas sociedades pusieron ciertas objeciones a los
trabajos del documentalista, apreciando que podrían tratarse de emisiones
radiofónicas captadas por el magnetófono o incluso un fraude.
Sin embargo, el octubre del mismo año, el parapsicólogo
Constantin Raudíve visitaba a
Jürgenson para proponerle su colaboración en posteriores investigaciones. Así
que iniciaron juntos una labor de investigación, en principio infructuosa, pero
que a las tres semanas, les llevó a la idea de concentrarse en alguna persona
viva o muerta, que pudiera acudir a ayudarles.Jürgenson lo hizo en su madre, y Raudive en una antigua secretaria suya que había muerto recientemente. Aquel mismo día, después de varias tentativas infructuosas, lograron el ansiado resultado.Raudíve identificó la voz de su secretaria que enunciaba: "¿reconoces a Margarita, Konstantin?" (Margarita era el nombre de su ex-secretaria ... ); por su parte Jürgenson percibió otra más potente y clara que pronunciaba una breve pero estremecedora frase: "Nosotros estamos muy lejos..." En sucesivas experiencias Jürgenson adquirió el firme convencimiento de que las voces surgidas de¡ magnetófono correspondían a personas ya fallecidas.
En 1967 Jürgenson publicó un libro, traducido "Conversaciones por radio con difuntos" que había de tener una gran repercusión en los ambientes de estudios paracientíficos.
Por su labor
realizada, el 28 de Agosto de 1972 el Papa Pablo VI le concedía la "Gran Cruz de
Comendador de San Gregorio Magno" por sus "trabajos y estudios efectuados en la
investigación de voces y músicas captadas desde un origen desconocido".
Otros importantes investigadores siguieron la labor iniciada por Jürgenson y Raudive. En España, los introductores de la investigación en Psicofonías, han sido el parapsicólogo: German de Argumosa y Sinesio Darneli, que escribió el primer trabajo de autor español sobre psicofonías, titulado "Voces Sin Rostro".
Cómo se realizan las psicofonías:
- La grabación debe efectuarse en un lugar absolutamente tranquilo o en horas en que el silencio sea lo más completo posible.
- Antes de conectar el magnetófono es conveniente, si hay electrodomésticos alrededor, desenchufarlos todos, para evitar posibles interferencias, en especial, aparatos de radio, televisores, vídeos, etc.
- La cinta utilizada debe ser virgen. Con ello se evitan la presencia de sonidos por un posible borrado defectuoso.
- Hay que situar el micrófono receptor a una distancia suficiente como para que no recoja el sonido del rotor del magnetófono al enchufarlo, incluso, situarlo sobre una almohadilla o elemento blando para evitar que recoja vibraciones.
- Se pone el cassette y se deja pasar. Luego re rebobina y se escucha con mucha atención para captar una posible psicofonía.
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