sábado, 4 de octubre de 2014

La vacuna Infanrix

En enero de 2013 se conocía un documento confidencial de la sección belga de la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) sobre la seguridad de su vacuna Infanrix hexa (contra la difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B, poliomelitis y Haemophilus tipo b). GSK hizo un estudio postcomercialización de dicho producto. que reconoce 36 posibles muertes de bebés que recibieron la vacuna en sólo dos años.
 
Desde el lanzamiento del preparado en 2000 la suma de fallecimientos puede alcanzar al menos 73 muertes.

Poco después, el diputado Gaspar Llamazares, hizo una serie de preguntas al Gobierno en el Parlamento  sobre el caso. Quién respondió en nombre del Gobierno fue la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), máxima institución de nuestro país en el control de los fármacos que usamos. Pero dicho organismo no dijo la verdad.

En Málaga, el pequeño Luca moría en octubre de 2013 y sus padres sospecharon desde el principio que la encefalopatía que sufría se debía a la vacuna Infanrix. Lo mismo ocurrió en Mérida con Álvaro, fallecido en junio del mismo año, que padeció encefalopatía tras la administración de la Infanrix.

Estos padres y otras familias formaron la Asociación Afectados por Vacunas (AxV) y analizaron en laboratorios independientes la composición de las dosis de Infanrix que les habían inyectado a sus bebés y lotes de la vacuna, y ¡sorpresa! llevan mucho más aluminio, usado como adyuvante o potenciador de la actividad inmune del fármaco, del anunciado en sus fichas técnicas.
 
Según la ficha técnica de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la vacuna Infanrix hexa contiene 0,5 miligramos de hidróxido de aluminio, pero el resultado del análisis ofrece que una de las muestras estudiadas lleva 1,5 miligramos. Es decir, tres veces más de lo que el laboratorio fabricante, GlaxoSmithKline, ha declarado a la agencia.
 
Esto es un gravísimo fraude a la salud pública. Sólo dos veces se han analizado de manera independiente estas vacunas en España, tras la muerte de dos bebés, y en las dos ocasiones se han encontrado cantidades de aluminio mucho más altas de las declaradas oficialmente en la ficha técnica del producto.

Desde hace unos años está documentándose científicamente la existencia del denominado Síndrome Inflamatorio Autoinmune Provocado por Adyuvantes (ASIA, sus siglas en inglés). Un síndrome provocado por las sustancias, el aluminio entre ellas, que llevan muchas vacunas como adyuvantes para elevar la potencia de inmunización del producto. Está muy relacionado con los daños que provoca la vacuna del papiloma.

Así que. ojo con las vacunas, pues no todo está tan controlado como pensamos; ni tan siquiera lo relacionado con nuestra salud.
 


Fuente:

http://periodismo-alternativo.com/2014/10/02/la-agencia-espanola-de-medicamentos-mintio-al-parlamento-con-la-composicion-de-la-sospechosa-vacuna-infanrix/

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