miércoles, 28 de agosto de 2013

Anécdotas curiosas

Hay días que son peculiares desde que te levantas, y escuchas conversaciones sin proponértelo de lo más curiosas.
 
Hoy, cuando me dirigía a la consulta del médico, un señor le contaba a otro: "Ayer fulanito se acostó a dormir la siesta con el ventilador, y cuando se levantó tenía un aire en la cara (expresión muy andaluza)". Me sonreí pues no deja de ser curiosa la manera de empezar una conversación.
 
Estando ya en la sala de espera de la consulta médica, llegó una señora mayor a la que no conocía de nada, se me sentó al lado y me dijo: " Estoy fatal, tengo un montón de cosas, pero vengo porque me ha salido un grano en mis partes, y aunque me he echado pomada, me duele. Tiene que ser que se me ha enconado un pelo". Me quedé de piedra con tal confesión, sobre todo, porque la imaginación es muy mala y me empecé a imaginar sálvese la parte.
 
Por si fuera poco, esta tarde al ir a comprar fruta al supermercado, justo en la zona de los melones, había dos señores de mediana edad charlando animadamente, pero lo sorprendente es que hablaban de sus respectivas dentaduras postizas y de lo efectivas que eran.También me fue imposible abstraerme a tal conversación. La verdad es que cogí la fruta con un poco de asco. Digo yo, que para ellos, esa zona del supermercado es una zona que les permite comprobar la resistencia de las susodichas dentaduras.
 
En fin, que hay días que la vida te ofrece historias para contar y que se rían un poco; como ha hecho hoy mi hijo al narrarle todo lo sucedido. Incluso he pensado abrir una etiqueta nueva de anécdotas personales, que debo decir que se me repiten con cierta asiduidad.
 
Yo que hablo tanto últimamente de temas englobados en lo que se llama "Autoayuda", en los cuales se reitera mucho aquello de que hay que estar atentos a las señales que nos llegan de muchas formas, una imagen, una canción, un sonido...o una conversación que surge espontáneamente: ¿Qué debo de pensar de los mensajes recibidos hoy? ¿Qué me intenta comunicar el Universo?
 
Lo cierto es que el día que empezó un poco bajo de moral, gracias a estas anécdotas, se transformó en risas para mí y para aquellos a los que se las conté. Espero que también sea así para todos los que lean esto; pues ya se sabe que la risa alarga la vida.
 
 
 
 
 
 

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