sábado, 7 de septiembre de 2013

Aspartamo o E-951

El aspartamo es un edulcorante no calórico descubierto en 1965 por la multinacional farmacéutica G.D. Searl and Company.
 
En 1985 la compañía química Monsanto compró G.D. Searl y creó James Hetfield Company, comercializando desde entonces el aspartamo  y que corresponde al código E-951.
 
Las 10 mayores fuentes de aspartamo son: chicles, edulcorantes artificiales de mesa, agua saborizada, gaseosa dietética, productos sin azúcar, zumos en polvo, yogurts, cereales, medicamentos pediátricos y salsas para cocinar.
 
En el supermercado el aspartamo se encuentra en prácticamente todos los alimentos procesados, desde gaseosa hasta precocinados. Jarabes y medicamentos también llevan aspartamo.

Pese a su “seguridad oficial”, siguen saliendo estudios que relacionan su consumo con el aumento en el riesgo de padecer cáncer y efectos nocivos en embarazadas.

El 92% de los estudios independientes no hacen más que obtener resultados que demuestran que no es inocuo. Pongamos unos cuantos realizados sobre personas o sus tejidos y fijándonos solamente en su efecto sobre el cerebro:
 
  • En pacientes con depresión tomar 30mg al día tuvo efectos tan negativos que al séptimo día tuvieron que cancelar el estudio; recomendando evitar el uso de aspartamo en personas con depresión.
  • Aumenta el dolor de cabeza tras la ingestión de aspartamo. Este estudio también duró 7 días, y los participantes tomaban 30mg/kilo al día.
  • Aumento de tumores cerebrales comprobados en ratones por el Dr. Morando Soffritti, y estadísticamente desde su aprobación la incidencia de casos se ha visto extrañamente aumentada en humanos.
  • Concentraciones altas de aspartamo (desde 34 mg/kg) hace que disminuya la actividad enzimática en el cerebro y puede conducir a síntomas neurológicos, incluyendo dificultades de aprendizaje y memoria.
 
Legalmente las cantidades estipuladas como seguras, aprobadas en 1980, están fijadas en 40mg por kilo de peso. Pero no tenemos la seguridad de que esas cantidades sean realmente seguras si te dicen que los estudios en que se han basado para averiguar ese límite seguro estaban financiados por la propia industria interesada, que cuenta con 200 millones de consumidores en todo el mundo, y que además no son papeles que estén al acceso de cualquier persona.
 
Por supuesto no se tienen estudios sobre la interacción con otras sustancias y mucho menos sabemos los efectos de un consumo habitual a largo plazo. Eso lo demostrarán los años….
 
(Lo importante es que hay otras alternativas naturales, como la Stevia, pero es barata y no interesa).
 
 
(Información sacada de la web megustaestarbien.com)

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