El 26 de octubre del año 2028 (jueves) a las siete y media de la tarde hora española, el asteroide bautizado 1997 XF.11 se acercará peligrosamente a la Tierra y sobrevolará nuestras cabezas a unos 40.000 kilómetros de altura, dejando en el aire una sensación de congoja global.
Cabe también la posibilidad de que el objeto de kilómetro y medio de diámetro se estrelle contra nuestro planeta a 46.000 kilómetros por hora, o que estalle al entrar en la órbita terrestre.
"Las probabilidades de un impacto son de una entre 1.000", advirtió en su día Kevin Zanhe, portavoz del obsevatorio de la NASA en Mountain View, California: "Estamos sin duda ante un objeto muy peligroso, sobre todo por su tamaño. Si llegara a chocar, sería como si estallara una bomba de un millón de megatones de TNT. Se desatarían maremotos, fuegos incontrolados, lluvias de polvo...".
Pero los científicos del Observatorio Astrofísico de Harvard, quienes más de cerca han seguido la trayectoria del asteroide, tranquilizan a la población: No hay razones para alarmarse.
Lo más probable es que el XF.11 se interponga entre la Tierra y la Luna, y que su estela luminosa pueda contemplarse sin necesidad de un telescopio desde diversos puntos de Europa. Pero la posibilidad de un impacto sideral y un cataclismo comparable al que se supone causó la extinción de los dinosaurios (hace 65 millones de años) pertenece de momento a la ciencia ficción.
Cabe también la posibilidad de que el objeto de kilómetro y medio de diámetro se estrelle contra nuestro planeta a 46.000 kilómetros por hora, o que estalle al entrar en la órbita terrestre.
"Las probabilidades de un impacto son de una entre 1.000", advirtió en su día Kevin Zanhe, portavoz del obsevatorio de la NASA en Mountain View, California: "Estamos sin duda ante un objeto muy peligroso, sobre todo por su tamaño. Si llegara a chocar, sería como si estallara una bomba de un millón de megatones de TNT. Se desatarían maremotos, fuegos incontrolados, lluvias de polvo...".
Pero los científicos del Observatorio Astrofísico de Harvard, quienes más de cerca han seguido la trayectoria del asteroide, tranquilizan a la población: No hay razones para alarmarse.
Lo más probable es que el XF.11 se interponga entre la Tierra y la Luna, y que su estela luminosa pueda contemplarse sin necesidad de un telescopio desde diversos puntos de Europa. Pero la posibilidad de un impacto sideral y un cataclismo comparable al que se supone causó la extinción de los dinosaurios (hace 65 millones de años) pertenece de momento a la ciencia ficción.
Brian Marsden, portavoz del Observatorio de Harvard dijo antes del año 2000: "Es cierto que nuestros cálculos nos dicen que se acercará más de lo que habíamos previsto, pero las previsiones son todavía provisionales. Cada dos años, su órbita se aproxima a la de la Tierra y en el 2000 tendremos ocasión de volver a verlo de cerca y apurar nuestras estimaciones".
El asteroide XF.11 fue descubierto oficialmente el 6 diciembre de 1997 por James Scotti, de la Universidad de Arizona.
Su órbita solar es de 21 meses, y los primeros cálculos hablaron de una posibilidad de máximo acercamiento a la Tierra de unos 800.000 kilómetros, el doble de la distancia que nos separa de la Luna.
Sin embargo, las mediciones más precisas realizadas desde entonces en varios observatorios han dado pie a la actual preocupación: Todos coinciden en señalar que el asteroide cortará la órbita lunar y se acercará entre los 300.000 y los 40.000 kilómetros.
Lo que ha dado la voz de alarma es su tamaño inusual: El equivalente a 10 campos de fútbol.
Desde principios del año 1998, el XF.11 figura por méritos propios en la lista internacional de los 108 objetos potencialmente peligrosos para la Tierra, integrada principalmente por meteoritos, cometas y asteroides.
Ya en 1908, un meteorito de unos 90 metros de diámetro estalló a apenas nueve kilómetros de la superficie terrestre a la altura del río Tunguska, en Siberia. Sus fragmentos deforestaron una zona de 1.300 kilómetros cuadrados. Los efectos fueron comparables a los de una bomba de hidrógeno de 15 megatones.
En el caso hipotético de que el acercamiento pusiera efectivamente en peligro cientos de miles de vidas sobre la Tierra, en 1998 teníamos aún 30 años para defendernos, pero ahora estamos a 11 escasos años.
Tom Gehrels, de la Univerdad de Arizona, decía en 1998 que la llegada del asteroide 1997 XF.11 podría ser una inmejorable oportunidad para unir de una vez a todos los países de la Tierra..
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/1998/marzo/13/ciencia/asteroide1.html
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