sábado, 23 de enero de 2016

Teoria del desdoblamiento del tiempo

El francés Jean-Pierre Garnier Malet, es un doctor en Física especializado en mecánica de los fluidos, que descubrió en 1988 que el tiempo se desdobla. La aplicación científica de esa teoría, permitió explicar desde la llegada de planetoides al cinturón de Kuiper, hasta el mecanismo de los pensamientos, o de la vida.
 
Garnier en 1988 hace un asombroso descubrimiento (publicado entre 1998 y el 2006) relacionado con las propiedades del tiempo. Su teoría acerca del desdoblamiento del tiempo aporta muchas primicias científicas.
 
 El tiempo es continuo pero posee instantes imperceptibles que permiten el intercambio permanente de informaciones con el pasado y el futuro. Estos instantes imperceptibles los llama "aperturas temporales"  y entre otras cosas explicarían las intuiciones, premoniciones e instintos vitales. Su control permite optimizar el porvenir antes de vivirlo, entender nuestra vida y crear un equilibrio individual y colectivo.


Dice Garnier: "El fenómeno del desdoblamiento del tiempo nos da como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real."
 
Las posibilidades para este conocimiento son infinitas. Realmente se acerca, como dice Garnier, el final de los tiempos, refiriéndose a la división entre ese otro yo en otro espacio-tiempo y el yo que manejamos en este espacio-tiempo.


La respetada revista American Institute of Physics de Nueva York y su comité científico la han validado publicándola en el 2006 porque es una teoría que ha permitido, primero, prever, y luego, explicar la llegada de planetoides al sistema solar.



¿Para qué sirve la ley del desdoblamiento del tiempo?
Tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo: Un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. Tengo una síntesis instantánea de un análisis que he realizado en otro tiempo aunque no tenga la memoria de ello.

En cada instante presente tengo un tiempo imperceptible en el cual fabrico un futuro potencial, lo memorizo y en mi tiempo real lo realizo. 

Tenemos la sensación de percibir un tiempo continuo, sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes intermitentes. Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante imperceptible. En el cine, sólo vemos 24 imágenes por segundo. Si la número 25 no la vemos, es subliminal. En publicidad se ha utilizado ese tipo de imágenes para influir con éxito en nuestro comportamiento, lo que ha mostrado que lo subliminal es accesible a nuestra memoria.



El desdoblamiento del tiempo ha sido probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de partículas y a escala de sistema solar. 
 
 

El fenómeno del desdoblamiento del tiempo nos da como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real.


Se podría decir que entre el yo consciente y el yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama hiperincursión y está perfectamente demostrada.

Entonces: ¿Estamos desdobladados como la partícula? Sí. Y sabemos que, si tenemos dos partículas desdobladas, ambas tienen la misma información al mismo tiempo, porque los intercambios de energía de información utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz.  
                 
En los años 20, Paul Langevin demostró que si un gemelo viajaba a la velocidad de la luz, envejecía menos que el que se quedaba quieto. A Langevin no le creyeron. Hubo que esperar 50 años, hasta 1970, para que gracias a los relojes atómicos se comprobara esa ley. 

En ese tiempo imperceptible pasó mucho tiempo. Si puedo viajar a velocidades prodigiosas, un microsegundo se convierte en un día entero. Cuando regreso, no sé si me he ido, puesto que he estado ausente un microsegundo.  
                
Existe otra propiedad conocida en física: La dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias. 


¿Cómo asimilamos esa información? 
En el sueño, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que hace que al día siguiente su memoria esté transformada. El intercambio se realiza a través del agua del cuerpo. Ese intercambio de información permanente es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición. 

Por medio de nuestro pensamiento fabricamos potenciales. Si por ejemplo pienso en una catástrofe, ese potencial ya se inscribe en el futuro y puede sufrirla usted u otro. De manera que la conclusión es: "No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti". No es una ley moral ni filosófica, es una ley física

De día es difícil controlar el pensamiento, pero justo antes de quedarnos dormidos, tenemos un minuto y basta con que durante ese minuto controlemos, esa es la manera de conectar con esa parte energética, llamémosla el doble, para pedirle que solucione los problemas.

Es una relación en la que hay que dejar totalmente las riendas al otro (al doble). La noche está para eso y no sólo permite borrar potenciales no deseados, sino que también nos guía los pensamientos del día siguiente.


Fuente:http://www.lavanguardia.com/noticias/20101109/54068170076/nosotros-como-el-tiempo-tambien-nos-desdoblamos.html

 

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