sábado, 14 de enero de 2017

El primer hombre criogenizado

Hace 50 años, James Bedford se convirtió en la primera persona cuyo cuerpo fue criopreservado después de su muerte.


 
 
Tras estos años, se sigue sin saber si se puede revivir a un humano después de la crioconservación.

Este 12 de enero se cumplieron 50 años del día en el que el profesor estadounidense James Bedford se convirtió en la primera persona cuyo cuerpo fue criopreservado después de su muerte.

Tenía 73 años y un cáncer de riñón que se había extendido a los pulmones y a otras partes del cuerpo. Ante la falta de voluntarios, la Sociedad para la Extensión de la Vida decidió costear los gastos de la primera persona que quisiera dar ese paso.

Cuando Bedford murió metieron su cuerpo en un gran recipiente con hielo y lo mantuvieron conectado a una máquina de respiración artificial. Más tarde, se le inyectó dimetilsulfóxido, un líquido incoloro que tras usarse durante años como disolvente empezó a usarse como crioconservante en los primeros años de los 60.
 
Tras el dimetilsulfóxido se le congeló con hielo seco y se le metió en un tanque de nitrógeno líquido. Desde la década de los ochenta, en vez de la criogenización se introdujo otro método llamado vitrificación que ofrece los beneficios de la criopreservación, pero sin el daño causado por los cristales de hielo.

50 años después, Bedford todavía permanece criogenizado, aunque ahora se encuentra en un lugar distinto: En la fundación Alcor Life Extension. Tras estos años, se sigue sin saber si se puede revivir a un humano después de la crioconservación.

Pese a todo, el profesor se convirtió en todo un símbolo, y el 12 de enero en la comunidad criogénica se celebra como 'el día de Bedford' en su honor.

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