sábado, 17 de junio de 2017

Reflexiones desde la indignación

Ante la cantidad de información que nos llega diariamente y de la cual mucha es mentira o está manipulada (y no sólo en lo referente a la política), quiero plasmar por escrito todas esas preguntas que nos hacemos, aplicando simplemente el sentido común; algo más que suficiente para discernir lo que ocurre en realidad a nuestro alrededor.


Por ejemplo:

¿Por qué se siguen aplicando políticas de austeridad cuando está demostrado que no producen el desarrollo económico de los países sino el efecto contrario?

¿Por qué no se utiliza masivamente energías limpias, que además de baratas, son limpias y crearían más puestos de trabajo?

¿Por qué un deportista multimillonario recurre a un vientre de alquiler cuando tiene novia?

¿Por qué un partido político, pese al riesgo de desaparecer, sigue actuando en contra de lo que le piden sus votantes cuando lo tendría muy fácil haciendo políticas para la gente?

¿Por qué hay periodistas, que sin ningún pudor, manipulan la información pese al riesgo de verse seriamente comprometida su credibilidad y seriedad?

¿Por qué se sigue utilizando la quimioterapia para combatir el cáncer cuando hay diversos estudios que demuestran que hay otras alternativas menos dañinas, más efectivas y más baratas; ya que están en la naturaleza?

¿Por qué se anima a los países a endeudarse para salir de crisis económicas cuando, también está demostrado, que lo único que se consigue es empobrecerlos más hasta destruirlos?

¿Por qué nos machacan continuamente con el cambio climático cuando las industrias multinacionales todavía no han movido un dedo para dejar de contaminar?

¿Por qué nos hablan de que tenemos que comer sano y boicotean todo lo que tiene que ver con la agricultura ecológica?

¿Por qué si se quiere combatir el terrorismo se venden armas a los que lo producen?

¿Por qué los servicios secretos de los países no están al servicio real de sus ciudadanos y actúan como organizaciones criminales?









                     ¡Despierten!


                            



C.K.






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